El anillo de compromiso más que un objeto, simboliza el inicio de otra etapa de la relación, la unión de ambos y el amor que sienten. La tradición de él proviene del antiguo Egipto, donde se entregaba el anillo a la mujer como señal de confianza. Con el pasar de los años, esta costumbre llegó a Roma, donde en vez de ser la mujer quién recibía dicha joya era el padre, el cual lo guardaba como señal de honor.

En el siglo II a. C., los romanos utilizaron anillos de oro, los cuales también eran entregados al padre de la novia. A ella, le era entregado un segundo anillo, el cual tenía una forma bastante peculiar, puesto que su diseño era en forma de llave, era así con la finalidad de poder abrir y cerrar cajas con los artículos personales de valor para la familia.

Con el pasar de los años la tradición de los anillos de compromiso dio pie al auge de los diamantes, puesto que ellos son prácticamente indestructibles y duraderos, son el mejor símbolo de fortaleza, poder e invencibilidad. Así fue como en el año 1947, France Gerety, copywrite de la agencia de publicidad N.W. Ayer & Son publicó aquel famoso slogan que dice “A diamond is forever” impulsando así la venta de los diamantes en aquella época.

El mundo entero conocía el valor de los diamantes, sabían apreciarlos por su belleza y durabilidad. Fue gracias a la publicidad y ese slogan que el 78% de los anillos de compromiso hoy en día son de diamantes.

Normalmente el anillo de compromiso se lleva en el dedo anular de la mano izquierda, según la costumbre occidental. Esta tradición también proviene de los egipcios, quienes creían que había una vena que iba del corazón a ese dedo, esta creencia se adaptó al cristianismo y sigue vigente hasta la actualidad.

Existen diseños para todos los gustos, desde los más clásicos como el solitario, a otros más elegantes y elaborados.

Aunque el diamante es la piedra por excelencia para anillos de compromiso, también es muy común ver joyas con piedras como la esmeralda, rubí, entre otras. Sin embargo, al momento de elegirlo no sólo se debe tomar en cuenta el gusto de la novia, sino también el corte, quilate, color y claridad, partiendo de ello podrá variar el costo de la joya, puesto que el 90% de ella es la piedra preciosa.

Es recomendable para el mantenimiento de la joya, llevarla a la joyería una o dos veces al año, esto con la finalidad de revisar el estado de la misma y realizar una limpieza.